Decir “no solo son pantallas” es reconocer que, detrás de cada dispositivo, hay mucho más que un cristal. Cada móvil, tableta o dispositivo abre la puerta a un universo de contenidos: algunos valiosos y enriquecedores; otros, potencialmente dañinos donde se ponen en juego dimensiones esenciales del desarrollo emocional, social y cognitivo de niños y niñas.